Según un estudio de la universidad Mc Gill de Canada realizado en 2007 el tango es tan saludable como hacer gimnasia. El informe presentado arroja resultados similares a los obtenidos por la Fundación Favaloro en 1999, dice que al bailar tango se mejora la motricidad y el equilibrio, y que su música estimula el cerebro. Además previene las enfermedades cardíacas.
Ya en 1913 un médico francés publicaba un estudio avalado por la Academia Científica Francesa recomendando bailar Tango como ejercicio físico regular. Años más tarde y con mayor rigor científico investigadores de Argentina, Canadá, Japón, Rusia y Finlandia concluyeron, palabras mas palabras menos, que «quienes bailan Tango logran mayor estimulación del sistema nerviosos central, mayor coordinación y mejor equilibrio motor». Los especialistas llegaron a la conclusión que bailar Tango es bueno para el corazón, y observaron que pacientes con Alzheimer y Parkinson lograron disminuir los síntomas y efectos de sus enfermedades con la práctica constante de la danza. En Rosario, Argentina, tuvo lugar entre el 17 y el 19 de julio de 2008 el Primer Congreso Internacional de Tangotrerapia.
Aprender Tango es una actividad sociabilizadora que permite vencer miedos, vergüenza, prejuicios (propios y ajenos), temor al ridículo, incomodidad frente al sexo opuesto (especialmente si tenés dos pies izquierdos como yo), etc. Con el solo hecho de dejar atrás esos sentimientos, habremos logrado una gran victoria en nuestro balance de logros personales.
Sobre este tema hay variada información en el web y hay un libro indispensable «Tangotrerapia» del Dr. Federico Trossero (uno de los médicos que llevó adelante las investigaciones en la Fundación Favaloro).