MERCEDES SOSA se fue de gira eterna

«Yo no canto por cantar, yo naci para cantar.
Elegi una vida artistica comprometida.
Si no me la hubiera jugado hubiera sido una cantora mas. Mi vida fue de mucho dolor.. en mis canciones esta mi vida, pero no solo mis dolores y mis alegrias, tambien las de mi pueblo»




A los 74 años de edad y tras una agonia de dos semanas, finalmente se apagó una de las voces populares mas importantes del mundo.

Fue una artista impresionante, con una voz única, facilmente reconocible e inimitable, un increible registro y una afinación perfecta.

De sonrisa permanente, en sus agradecimientos siempre incluía a Dios, a sus amigos, a su gente, a la vida. «Gracias» fue la palabra que con mayor frecuencia se le oyo decir en sus recitales y através de esa solo simple palabra era capaz de expresar no solo gratitud sino tambien el tremendo amor y respeto que sentía hacia su público incondicional. Pese al dolor de la soledad y de las proscripciones que padeció, más los dolores del cuerpo, transitó la vida sin rencores, iluminando el camino de los demás y haciendo la vida de los otros más amena. En su mensaje está de manifiesto su compromiso con la causa social y progresista, y en cada verso nos deja la esperanza de una vida mejor.


Haydée Mercedes Sosa «La Negra» nació en San Miguel de Tucumán el 9 de Julio de 1935 y vivía en la actualidad en la ciudad de Buenos Aires. Llegó a los 60 años de carrera artística, habiendo incursionado ademas del folklore latinoamericano, en el rock, la música brasileña y el tango, grabó con infinidad de artistas de varios géneros y no solo en español también en portugués, frances, hebreo e italiano.


De ella misma, decía... «Soy cantante, soy viuda, tengo un hijo, Fabian Ernesto y dos nietas, soy del signo de cáncer, conduzco un Audi chiquito, he estado muy enferma y me he reencontrado con Dios, soy progresista y embajadora de Unicef».


Mercedes Sosa se tomó la nube a las 5:15 del dia de hoy domingo 4 de octubre de 2009 a los 74 años de edad. Su velatorio tendrá lugar en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación en Buenos Aires, Argentina. La pérdida es llorada en todo el mundo.